Identidades juveniles urbanas. La fotografía documental de Federico Gama

Resumen

La educación de personas jóvenes y adultas, tan abordada en esta revista, aún tiene mucho por reconocer, analizar, reflexionar y actuar en cuanto a los jóvenes en su diversidad. Esta carencia habla de su propia negación y permite que se siga viendo a los jóvenes que no han podido acceder a la educación formal como números de matrícula y símbolos de rezago. Se requiere una educación que considere el espacio y el tiempo en donde los jóvenes se reconocen y se colectivizan para construir una identidad propia, que se reconozcan los espacios en los que por necesidad se han afianzado: las esquinas, la calle, el barrio, su propio cuerpo, que a través de sus escrituras-historia-tatuaje expresan su “yo soy” y “aquí estoy” y su valor como parte de un sector con el que interactúa. Los jóvenes al romper el orden establecido de la moda y de la lengua están conscientes de su uso que transgrede; ellos son los disidentes, los sin miedo, los que han elaborado sus propios códigos y rituales que manifiestan en su aprecio por el amor, la amistad, la belleza, el respeto entre pares...